viernes, 8 de junio de 2007

...?

¿y cómo terminar del todo
con lo que nunca terminó de empezar?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

empezando

betina dijo...

u olvidando que alguna vez pudo haber empezado

Anónimo dijo...

Las historias de nunca empezar no terminan nunca. Se quedan en el purgatorio de las historias atormentando a las historias del mundo de los vivos. Pero el tormento no tiene por qué ser amargo. Puede resultar un condimento especial que nos haga sentir más vivos todavía.

piscica dijo...

Es como si hubiera un germen en el comienzo y un germen en el final.
El germen del comienzo es el final y el germen del final es otro comienzo.
Simplemente hay que olvidarse y entregarse a la luz lo más que se pueda.

betina dijo...

lucy,
esa es la sensación exacta. la de un purgatorio en el que quedan eternamente flotando imágenes, ideas, palabras.

piscica,
intentaré entregarme y olvidar.

Anónimo dijo...

Parafraseando a S Rodriguez, podría decir: "Los historias cobardes no llegan a historias, ni a amores, se quedan allí. Ni el recuerdo los puede salvar,ni el mejor orador conjugar". Me da mucha tristeza ese lugar de purgatorio.

betina dijo...

a mi también me da tristeza