jueves, 15 de marzo de 2007

VI - habitar

Entrar, salir, volver a entrar, caminar el lugar, mirarlo de cerca, alejarse, olvidarlo, extrañarlo, volverlo a buscar, entrar...
Tal vez esa sea la mejor forma de habitar cualquier espacio.
Pero ¿por qué a veces algunos se transforman en gigantescos imanes capaces de tenerte ahí, pegado, pegoteado, hasta que el rechazo te dispara lejos, como eyectado?
Ya lo sé –y quizás vos también, porque no voy a decirte nada que no conozcamos todos, de alguna forma– entrar, salir, volver a entrar, es lo que más nos cuesta conseguir.
Porque cuando estás adentro y te reís, buscás prolongar la risa hasta lo imposible. Y cuando estás afuera y respirás aliviado, darías vuelta la cabeza y dejarías atrás para siempre aquel lugar en el que te asustaste de haber estado.
Y aunque es el mismo espacio, en medio de la risa está lleno de puertas y ventanas -y si no las hay, las dibujás como la princesa con su tiza mágica y salís por ahí hacia el mundo que vos mismo te creaste-.
Y en el hastío, en cambio, es un cubo diminuto, incómodo y oscuro. Impermeable, compacto. Cerrado.
Ya lo sé -y quizás vos también-. No es el espacio.
Somos nosotros, habitándolo.

jueves, 8 de marzo de 2007

palabras sueltas

Si existieras, serías una rara mezcla de llano y esquivo. Ocupado en lo tuyo, pero sin hacerme invisible a tus ojos. Tierno y lejano.
Tendrías brazos, palabras o silencios capaces de contenerme cuando estoy perdida en mi suficiencia (y la angustia me desborda los ojos y me comprime la nuca).
Permitirías mis contradicciones, pero no serías condescendiente con mis arrogancias.
Y yo te gustaría así, y tendrías ganas de conocerme siempre un poco más, aunque bancándote la imposibilidad de conocerme del todo.
Pero releo y las frases se deshacen de a poco. Y quedan imágenes, sensaciones, palabras sueltas.
Esquivo. Ojos. Lejano. Brazos. Silencios. Perdida. Angustia. Contradicciones. Ganas. Más.
Imposibilidad.
Todo.

miércoles, 7 de marzo de 2007

....

el musgo entre las piedras. los matices de la selva. la piedra del collar de mi abuela. el mar tropical. el césped de la cancha a la que todavía no fui. el fruto que empieza a crecer. la camisa del comandante. la tapa dura del cuaderno de primer grado. la cancha de golf que parece una alfombra ondulada. los ojos raros de mi amiga. la copa del árbol de mi ventana.
mi felicidad en aquel paisaje del sur. y lo que todavía no está listo para salir al mundo.
la definición que nunca llegó.
y -por qué no- la tan trillada esperanza.

domingo, 4 de marzo de 2007

abrazo

Se me cierran los ojos, estoy cansada.
Y en ese estado, que no sé si es de vigilia o ya no,
sueño con un abrazo sutil y firme a la vez.
Es un abrazo que no me asfixia,
ni me deja caer.
Que en un momento se abre para dejarme caminar lejos,
y que después vuelve a buscarme tanteando en lo oscuro
hasta sentir mi respiración.
Estoy cansada, se me cierran los ojos
y en el sueño me siento liviana.

jueves, 1 de marzo de 2007

...

el cielo antes de la tormenta. el cemento fresco. el delantal del portero de mi escuela. los tonos del dolor del Guernica. el jumper del uniforme del colegio que no elegí. la mañana del entierro de mi mamá. la suciedad de las medias blancas. la piel rugosa de un elefante. los adoquines una tarde de calor. la tintura de la señora de la esquina. los viejos cospeles del subte.
el domingo, para mi hijo. y la tristeza, para mi hija.
y para mí la cobardía disfrazada de cautela. el silencio que no se elige. una mala compañía, antes que quedarse solo.
y el que no puede ser de otro color: que gane el miedo al cambio y no jugarse del todo.