martes, 19 de junio de 2007

mala memoria

dicen que un día, cuando era chiquita,
aunque no tan chiquita,
abrió la caja y sacó todos los caramelos
que
uno a uno
había guardado con tanto esmero,
como un secreto a medias.

y que una vez que estuvo
frente a la caja vacía
se acordó
que lo que le gustaba de verdad
eran los chocolates,
no los caramelos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

pero los caramelos
le hacían fantasía.
Son de fantasía.
Qué linda entrada!

betina dijo...

claro! será por eso que también dicen
que ahora (que sigue siendo chiquita aunque no tan chiquita), se la vio preguntando por ahí si es verdad que existen los caramelos de chocolate

piscica dijo...

pero se comió los caramelos?
los regaló?
se los dio a la luna?
y la luna no era de chocolate?

tal vez la memoria tenga la consistencia y la duración de un caramelo, que es casi la misma que un chocolate: por eso la confusión.

los caramelos son un objeto precioso. yo le regalaría caramelos a toda la eternidad, aunque debo admitir que no me gustan (salvo grandísimas y contadas excepciones).

Anónimo dijo...

dicen que no,
que los caramelos quedaron al comienzo del camino por el que se la vio la última vez
y que ella caminó y caminó y ya no volvió a mirar para atrás
(y que en ese camino la luna iluminaba como nunca)

Anónimo dijo...

uhhh! Betina, menos mal que esa chica se dio cuenta. A mí me pasó eso. Y ahora que sólo quiero chocolate, no guardo ninguno. Lo como y lo disfruto mientras dure su sabor en mi boca.

betina dijo...

le voy a contar tu fórmula, lucy!
no está nada mal...