se olvidó de todo lo que ya sabía que pasaría después,
y se dejó llevar por esos ojos
como aquellos autitos de su hermano cuando eran chicos,
ésos que funcionaban a control remoto.
(y sí, lo que sabía que pasaría, pasó,
chocó,
como aquellos autitos de su hermano cuando eran chicos,
ésos que a él le encantaba hacer chocar contra las paredes de su cuarto)
(
2 comentarios:
El control remoto es siniestro para las intenciones de los autitos, de los televisores y de todo aquello dispuesto a obedecer ciegamente las ordenes invisibles enviadas por quien sabe quien...
la ilusión generada por la pura imagen es todavía más siniestra que el control remoto
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