sábado, 16 de diciembre de 2006

velo

Los ojos se me nublaron y a partir de entonces una especie de tela blanquecina velaba, por momentos, lo que miraba.
Podía refregármelos o parpadear con intensidad, pero el velo se corría solo, caprichosa e independientemente de cualquier movimiento que yo hiciera. Aparecía y desaparecía.
Con el tiempo me acostumbré.
Después de todo, por qué pretender lo contrario.
... dónde está escrito que tenemos que ver las cosas con la misma claridad todo el tiempo?

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