Cuando algo cambia no se anuncia. Cambia.
Tal vez sí hay indicios previos. Pero lo que digo es que cuando cambia es porque cambió. Porque ya no es como era.
O no se dice igual. O le pasás por al lado sin reconocerlo, cuando antes lo veías a diez cuadras. O ya no te hace sentir lo que sentías.
O suena a otro idioma. O no huele de la misma forma.
O quizás un día te das cuenta que ya no te hace ver lo veías
-o te permite ver lo que no veías-.
Cuando algo cambia no se anuncia. Cambia.
Y, simplemente, ocupa otro lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario