miércoles, 17 de octubre de 2007

leyenda

cuenta la leyenda que había un sembrador famoso por su habilidad para sembrar un poco en cada campo.

semillas de lujuria,
en la porción de tierra que tenía delante de su modesta casa.
de ternura,
en el terreno de la vecina de los ojos más tristes del condado.
de desenfreno,
en el del alguacil del pueblo, que nunca estaba en su casa, pero que tenía esa mujer con el par de tetas más hermosas de la comarca.
de dulzura,
en el que habitaba la niña en edad de merecer.
de picardía,
en el propio fondo de su casa.

y semillas de prosperidad,
en un terreno lejano.

cuenta la leyenda que ahí iba él,
sembrando y sembrando.
hasta que un día, no se sabe bien cómo ni cuándo
(porque así son las leyendas al fin y al cabo)

el sembrador despertó convertido en pez
en una pecera gigante desde la que sólo se veían los ojos de una sirena
del otro lado.

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